Do you have the time to listen to me whine about nothing and everything all at once?
I am one of those melodramatic fools, neurotic to the bone, no doubt about it.

May 15, 2010

Recién llevo dos semanas en este piso. Recién voy formando una rutina, aunque igual ningún día se parece al anterior. Pero de un tiempo a aquí, he empezado a identificar aquellos aspectos repetitivos de mi día a día y hubo uno que llamó mi atención más que los demás:

Todos los días, a la misma hora (hora en que yo camino hacia mis clases) veo a un señor muy elegante caminar hacia (me imagino) su trabajo. Unos días va acompañado de sus hijitos (dos niños, uno negrito y otro moreno de aprox. 5 o 7 años) porque me imagino que los escoltará al colegio. Otros días va solo. Pero hay algo que nunca lo deja de acompañar: su bastón. Al principio no entendía bien, hasta que descubrí que era ciego y me quedé mirándolo unos segundos, mientras caminaba con sus dos hijos (preciosos) y tanteaba con su bastón el camino para no tropezar...

Fue ahí cuando me chocó lo que estaba pasando en mi vida. Ustedes pensarán que eso ya lo tenía clarísimo y recontra descifrado, pero cuando uno cambia de habitat de un momento a otro, el proceso de adaptación no es tan rápido como te lo imaginas... toma MUCHO tiempo...

Este señor me hizo darme cuenta de que he venido a aprender. Cualquiera pensaría que es obvio, pues claro, de hecho estoy estudiando una Maestría... pero no, no he venido a aprender de Marketing, ventas, excel, precios y producto... he venido a aprender algo más importante aún. Qué? No tengo la menor idea todavía, pero sé que es algo muy, muy valioso...

Cada día me descubro más y más y me doy cuenta de que había esta "YO" que tenía guardadita y que ni yo sabía que existía... 

No les voy a mentir, a veces pareciera que esta ciudad tuviera todas las variables en contra como para que la odiara y ya no quisiera estar aquí, pero no ha sucedido eso en lo más mínimo. Siento muchas cosas y los sentimientos se entrecruzan en mi corazón, pero nada aún ha hecho que quiera dejar de vivir aquí, de hecho (y esto no suelo decirlo muy seguido) me provocaría quedarme para siempre...

Sin embargo, hay días como hoy en los que extraño tanto... tanto taaanto taaaantooooo... no extraño Lima, ni sus calles, ni manejar, ni la música, ni el acento... ni siquiera la comida (por lo menos no tanto aún). Extraño a mi gente, extraño que me abracen, extraño llegar a un lugar en donde sé que todos me quieren y no hay pierde, ahí estoy a salvo... extraño la seguridad que me daban esas personas, saber que pase lo que pase ahí siempre iban a estar, extraño el calor, extraño los besos, extraño las sonrisas...

No me malinterpreten, estoy feliz aquí y ni siquiera estas lágrimas a las 3 de la mañana me hacen estar realmente triste, pero la primera lección que he aprendido es que no puedo tener todo: tengo la ciudad perfecta, pero me faltas tú (y por "tú" dense todos los que quieran por aludidos, por favor).

Hay sentimientos que jamás imaginé que podría sentir y menos en estas proporciones y hay pequeños detalles que jamás pensé que recordaría tan ávidamente...

Aún no estoy completa, para nada... quizás falte mucho tiempo aún (ojalá no), pero todavía siento que recién estoy en el túnel de entrada de algo más grande... qué será? no sé, pero ojalá sea todo por lo que he luchado mi vida entera.

Es una noche muy melancólica y probablemente este post no refleja ni el 50% de toda la melancolía que tengo dentro...

Ya me debo ir a dormir, pero no sin antes decir en voz alta que ahorita DARIA LO QUE FUERA POR UN ABRAZO Y UNA SONRISA...

Vengan pronto a verme, por favor.

A todos los que se dieron por aludidos: LOS QUIERO
y a ti, ya sabes.

Au Revoir

1 comment:

Anonymous said...

un master de que?

SOY GARRIK

Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos del pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! Cúantas veces al reír se llora,
Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe.

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.