Este fin de semana hice algo que siempre había querido hacer y nunca había podido. Es increíble como algo así te puede cambiar todo el humor, el cuerpo, la disposición, el aura, la energía y la confianza.
Estaba parada sobre el puente Autisha en algún lugar de la sierra limeña mirando 150 metros hacia abajo en un cañón lleno de rocas y montañas, árboles, río y un cielo maravilloso... y entré en pánico.
Sabía que tenía que hacerlo, que si no lo hacía me arrepentiría de por vida, pero el miedo era más fuerte que yo.
Nunca había sentido tanto miedo en mi vida, no sabía exactamente a qué porque tenía claro que no me pasaría nada, que no era mi momento de morir y menos aún de sufrir; era más bien mi momento de estar "del otro lado del puente". Pero cada segundo que pasaba venía con una ráfaga más fuerte de miedo paralizador.
De pronto recibí un mensaje muy corto pero que decía todo lo que tenía que hacer: "vuela". Y eso hice, volé! me subí en la baranda, y me tiré con toda la energía de mi cuerpo, no hacia el abismo, sino hacia otro lugar, hacia un mundo en donde yo soy capaz de hacer lo que me dé la gana, de controlar todas mis emociones, de atreverme, de retarme, de no dejar nunca más que el miedo me gane nada.
Esos dos saltos me abrieron muchas puertas y me enseñaron muchas cosas: me enseñaron primero que nada que hay que estar realmente loco para hacer una cosa así y lo estoy, estoy loca y me encanta mi locura :)
También me enseñaron sobre el miedo, sobre lo poderoso que es, pero sobretodo, que ningún miedo es invencible y que uno siempre puede más que el.
Aprendí a volar, a respirar, a ser libre, a ser feliz, a escuchar con atención cuando hay tanta gente apostando por ti y haciéndote barra.
Este fin de semana dejé una parte de mí en el pasado y la reemplacé con una parte mejor. Como cuando le cambias una pieza a tu aparato preferido y de pronto funciona excelente, así tal cual.
Ahora, estoy del otro lado y este lado está mucho mejor ;)
From the other side
The new me :)
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