Por qué será que cada vez que vamos en tren nuestra vida entera pasa delante de nosotros?
Tendrá que ver con todas las metáforas que utilizamos diariamente sobre no dejar ir el tren, hay que atraparlo justo antes de que parta, sino no podremos coger otro en quién sabe cuanto tiempo?
No sé qué será, el punto es que ni bien apoyo la cabeza contra el vidrio y los motores empiezan a andar mi vida empieza a pasar delante, confundiéndose con el paisaje, como una película antigua.
Las imágenes van al ritmo del motor, el paisaje que dejas atrás, los postes que pasan rápido, el cielo que va cambiando de color y en cada estación que para es como si pusieran pausa y volviéramos a la realidad.
No sé si es el tren o soy yo o es la idea de salir de donde estoy y atravesar caminos... pero el tren es mi máquina del tiempo a velocidad luz que me lleva por todos los parajes de mi vida, como el trailer de una comedia negra.
LLoré, recordé, pensé, medité y llegué.
Se acabó mi paseo, pero por lo menos descubrí algo (siempre se descubre algo).
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