Habría alguna forma fácil de darnos cuenta de ciertas cosas sin tener que esperar 2, 5 o 20 años? o sin tener que sufrir daños casi irreparables? La debe haber. Tiene que haber una forma.
De repente es cierto eso de que tenemos que tocar lo más hondo para poder subir de nuevo, es la ley de la vida; pero una vez que lo hacemos, debemos enfocarnos en ser inteligentes y por lo menos tratar de no volver a cometer los mismos errores.
A qué viene todo esto? No lo sé... a todo y a nada a la vez. Sigo en calidad de observadora esperando pacientemente que me toque vivir la siguiente gran experiencia de mi vida y mientras estoy en la cola de espera me dedico a ver a mi alrededor y a aprender. Esa es la clave de todo: aprender. Y de dónde es que uno aprende las lecciones más importantes? de otras personas, de conocerlas, de descubrirlas, de ver cómo otros bastante diferentes a nosotros afrontan situaciones sumamente similares, de comprenderlas, de decepcionarnos y de eliminar prejuicios.
A veces las personas se cierran tanto que es casi increíble que puedan vivir tan cegadas y tan aparentemente felices. Quizás sean felices así o quizás no y tal vez nunca puedan descubrir qué es lo que les impide esa felicidad porque el mecanismo que los encierre en su cuadrícula es tan fuerte que no los deja ver más allá.
A veces también las personas se creen libres y "open minded" y todo ese discurso de libertad es tan sólo la careta que esconde lo perdidos que están y lo incompletos que se sienten.
Creo que la clave es trazarse metas cortas e ir cumpliéndolas paso a paso, pero teniendo en cuenta que en algún momento una lección muy importante podría estar en nuestras meras narices y debemos saber reconocerla.
Quizás todo esto de que nada es casualidad y de que todo pasa por algo no es una idea tan descabellada como pensábamos. Quizás conserva algo de verdad.
Hoy los invito a aprender.
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